Una breve lista de lecturas para el periodo estival (o cualquier otro)

En época estival es frecuente toparnos en cualquier medio de comunicación con catálogos de lecturas para las vacaciones. Los títulos que os recomiendo en esta entrada del blog componen, por tanto, una lista más de las muchas que encontraréis, por lo que me veo obligada a ofrecer una justificación o explicación de por qué estas obras y autores, y no otras u otros.

Como cabe esperar en este foro, mis escritores pertenecen a la tradición literaria norteamericana, aunque la adscripción de alguno de ellos a dicho grupo pueda ser discutible. Otro rasgo común a las obras es que la fecha de publicación es muy reciente pues nos movemos entre finales de los años ochenta y 2013. Mi selección, aunque subjetiva, ofrece una idea muy aproximada de los temas y las formas narrativas que destacan en la literatura norteamericana actual. Además, mi propuesta tiene como objetivo seleccionar a clásicos contemporáneos, cuyo valor artístico ha sido ampliamente distinguido por la crítica, que ha ofrecido de todos los libros reseñas elogiosas, destacando su capacidad para iluminar nuevos caminos para la narrativa. El público también ha expresado su sentir a juzgar por las entusiasmadas opiniones vertidas por lectores, además de las diversas ediciones y formatos aparecidos de todas las obras que cito. Hay una razón más para avalar mi propuesta y es que todas las obras han sido traducidas al español y están en este momento disponibles.

A modo de aproximación, comentaré que algunas autoras de mi lista son clásicos cuya lectura resulta indispensable para quienes deseen conocer más de cerca la tradición literaria americana: ahí van las obras de Morrison y Munro, dos premio nobel para los que necesiten de reconocimientos literarios. Otros de mis escritores produjeron obras radicales en su momento y supusieron un antes y un después en su género, como Spiegelman y su novela gráfica, u O’Brien y su retrato de Vietnam. La novela de Tartt quedó avalada por un Pulitzer y, a pesar de que podríamos discrepar respecto a la enjundia literaria de esta obra, es indudable su enorme vitalidad narrativa. Otro de mis títulos reproduce un intercambio epistolar que muestra el universo de hombres y mujeres que aman los libros, como es el caso de Hanff, y otro texto inaugura la brillante prosa de una nueva voz en el mosaico cutural estadounidense, Junot Díaz. El archiconocido McCarthy nos entrega un relato muy personal, distinto al resto de sus textos, una novela intensa y dolorosa que nos invita a meditar sobre lo que estamos haciendo a esta tierra nuestra. Por último, y en referencia al título de este blog, os desafío a embarcaros en el memorable reportaje de Gourevitch sobre el genocidio de Ruanda, así como en el relato trasatlántico de Ngozi Adichie, obras ambas que nos invitan a conocer más allá de nosotros mismos. 

Aparte de estas razones objetivas, me gustaría ofreceros una justificación más personal y comentar que la confección de mi lista me ha obligado a hacer memoria y balance, a lograr una cierta simetría entre autores y tiempos, a revisar mis gustos e intereses literarios, a descartar y concretar. Es ésta una elección cuidada. La lectura de estos libros me ha conmovido el corazón y el intelecto, y me ha impactado por su logro estético. Por estas emociones, he regresado mentalmente con frecuencia y, a veces, de manera involuntaria a esas obras, pues su factura literaria ha inspirado muchos otros textos contemporáneos. Os aseguro que en el futuro vosotros os descubriréis, como yo me descubro, cayendo en esa trampa que denominamos el intertexto, ese mágico juego especular en el que un detalle en un relato nos transporta a otro universo poético, creando en nuestro interior un maravilloso tejido de referencias, de ecos y alusiones que complican y enriquecen de forma deliciosa nuestras lecturas. Espero que os animéis a navegar por estas páginas y disfrutéis de la travesía tanto como yo la he disfrutado.

P.S. Ha fallecido E.L.Doctorow, otro insigne representante de la gran literatura norteamericana: Cualquiera de sus obras constituye un ejemplo del más exquisito “food for thought”, pero para mi gusto Ragtime, The Book of Daniel y The March destacan, especialmente por su indagación literaria en la historia de los Estados Unidos. Descanse en paz.

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