La historia interminable de la ofensiva Tet

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Medio siglo después de 1968, el año que se resiste a terminar, Estados Unidos no olvida el momento preciso en el que empezó a perder la guerra de Vietnam.

No es una exageración decir que las celebraciones del nuevo año lunar en Vietnam equivalen a sumar Navidades y Semana Santa. Se trata de una festividad de renovación, peregrinaje y reuniones familiares donde se intenta arrinconar lo malo y por todo lo alto se celebra el primer día de primavera. En 1968 –un año que pasado medio siglo se resiste todavía a terminar– la festiva tradición vietnamita se convirtió en un antes y después en una guerra tan forzada como lejana para Estados Unidos.

En torno a las 3 de la madrugada del 31 de enero de 1968, 80 000 soldados de Vietnam del Norte y guerrilleros del Viet Cong iniciaron la conocida como ofensiva Tet. Una oleada de ataques simultáneos contra las fuerzas de Vietnam del Sur y Estados Unidos mucho más allá de los frentes. En las primeras 24 horas, los combates se libraron en más de un centenar de escenarios con valor militar o político. La consecuente batalla produjo el mes más sangriento para las tropas del Pentágono en Vietnam: 2.300 bajas mortales. El resto de 1968 continuó la misma trayectoria letal con casi 17 000 soldados americanos muertos.

Aunque los militares americanos y sus aliados de Vietnam del Sur lograron eventualmente contrarrestar la ofensiva comunista, Tet se convertiría en un punto de inflexión en lo que hasta Afganistán fue la guerra más larga de Estados Unidos. La televisiva cobertura de combates sin cuartel en la misma sede de la embajada americana en Saigón y la sumaria ejecución de un sospechoso del Viet Cong sirvieron para dejar en evidencia tanto el horror de la guerra como los límites del poder de Washington en el pulso más caliente de la Guerra Fría.

En la retaguardia de Estados Unidos, la cobertura periodística de la ofensiva Tet supondría también un antes y después para la opinión pública americana. Por primera vez, el cuestionamiento de la guerra se convirtió en un fenómeno a escala nacional. Una oposición alimentada por listas de bajas con quinientos soldados muertos por semana y las dudas emitidas por el periodista más prestigioso del momento: Walter Cronkite, el legendario anchorman de la cadena CBS.

La ofensiva Tet fue técnicamente una derrota para Vietnam del Norte. Sin embargo, desde el punto de vista de la guerra televisada a los hogares americanos, era imposible no empezar a darse cuenta del desastre en ciernes y de todas las mentiras utilizadas por la Casa Blanca a lo largo de la espiral bélica en Vietnam. A partir de ese momento, cambió la percepción sobre un conflicto que arrancó con un perfil casi clandestino durante la Administración Kennedy hasta llegar a la masiva implicación militar de la Administración Johnson.

Esta inevitable pérdida de confianza en la gestión de la guerra se consolidará en 1971 con la publicación de los llamados Papeles del Pentágono (estudio tan oficial como secreto ordenado por el secretario de Defensa, Robert McNamara, y filtrado por el analista Daniel Ellsberg al New York Times y otros periódicos). Finalmente, el escándalo Watergate terminará por agotar la inocencia de los americanos en su relación con el gobierno, especialmente en todo lo relativo al uso de la fuerza.

Antes de la ofensiva Tet, la Administración de Lyndon B. Johnson había intentado argumentar que se estaba ganando en Vietnam y que los sacrificios asumidos en vidas y tesoro estaban plenamente justificados. Después de Tet, el presidente Johnson no tuvo más remedio que rechazar la petición de enviar 200 000 efectivos adicionales. De esta manera, empezaría una desescalada gradual que culminará con la retirada de las tropas de Estados Unidos en 1973 (una forzada “paz con honor”, según la retórica de Nixon) y la caída irremediable de Vietnam del Sur en 1975.

Se considera que la ofensiva Tet finalizó el 25 de febrero de 1968, cuando se agotó la feroz resistencia de los comunistas en la antigua capital imperial de Hue. El general William C. Westmoreland, comandante de las fuerzas americanas en la línea “optimista” de la Casa Blanca, no dudó en comparar lo ocurrido con la batalla de las Ardenas, la desesperada contraofensiva de los alemanes en la recta final de la Segunda Guerra Mundial.

Durante ese febrero sangriento, el exsecretario de Estado Dean Acheson advirtió en un informe reservado al presidente Johnson que la victoria en Vietnam no era posible dentro de los límites tolerables por el pueblo americano. A finales de marzo, LBJ anunció su decisión de no presentarse a la reelección en los comicios de noviembre. La guerra de Vietnam prosiguió durante otros siete años pero el resultado final empezó a decidirse en la ofensiva Tet.

Referencias
Anthology-The Library of America (1998). Reporting Vietnam: American Journalism 1959-1969 1969-1975. New York, NY: Literary Classics of the United States.
Braestrup, P. (1994). Big Story: How the American Press and Television Reported and Interpreted the Crisis of Tet 1968 in Vietnam and Washington. Novato, CA: Presidio.
Hallin, D. C. (2010). The «Uncensored War»: The Media and Vietnam. Berkeley, CA: University of California Press.
Hammon, W. M. (1998). Reporting Vietnam: Media and Military at War. Lawrence, KS: University Press of Kansas.
Prochnau, W. W. (1995). Once Upon a Distant War: Young War Correspondents and the Early Vietnam Battles. New York, NY: Random House.

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