Las cartas de Victoria Kent: amistad y ayuda entre las modernas estadounidenses y españolas

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Una de las cosas más sorprendentes cuando nos acercamos a los archivos privados de las mujeres que nacieron a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX es la cantidad y la diversidad de corresponsales con los que se comunicaron a lo largo de sus vidas. En el caso de Victoria Kent (1898-1987), mujer cuidadosa y a la que le gustaba guardarlo todo, la lista es interminable. Algunos de los receptores de sus misivas son conocidos, otros nos cuesta reconstruir sus vidas pero el conjunto aporta una idea de la riqueza y de la importancia de la vida de esta abogada republicana española, que fue directora general de Prisiones y dos veces diputada en Cortes, y secretaria de la Embajada de España en París durante la Guerra Civil, y que después tuvo que partir al exilio. Victoria Kent primero se exilió en Francia, después en México y, por último, desde 1950, optó por Estados Unidos.

Si procedemos a la lectura de las cartas enviadas y recibidas por Victoria Kent −conservadas de forma muy cuidada en la Beinecke Library de Yale University− apreciamos, además, que existió una red de mujeres, constituida por un grupo muy estrecho de amigas, la mayoría profesionales, que habitaban entre Estados Unidos, América Latina y Europa y que sufrieron la dificultad del exilio[1]. Fueron, la mayoría de ellas, mujeres inteligentes, libres, profesionales e independientes, y se ayudaron y protegieron, utilizando como vehículo de comunicación las cartas en un momento en que la representación de lo considerado como femenino privaba, en muchas de las naciones de acogida y también en España, de derechos civiles −aquellos que posibilitan el ejercicio de la libertad individual− y políticos −los que se centraban en la capacidad para participar como electoras o elegibles en el sistema político− a casi todas ellas.

Fue en la madrileña Residencia de Señoritas, vinculada a la krausista Institución Libre de Enseñanza, en donde Victoria Kent inició la relación y el conocimiento de las que fueron en muchos casos amigas (y apoyos) de por vida. Muchas mujeres españolas y también latinoamericanas que en los años veinte querían acudir a la Universidad Central a estudiar contaron con el privilegio de poder vivir en esta institución, dirigida desde 1915 por María de Maeztu, en donde se unían para estudiar, tenían tutores, biblioteca y un sinfín de actividades culturales que ellas mismas organizaban con un claro sesgo de género[2]. Así, las residentes invitaron a mujeres que admiraban, a las que deseaban conocer y a las que acribillaban a preguntas buscando modelos para sus futuras vidas profesionales como pioneras que fueron. Por allí pasó Marie Curie, Gabriela Mistral, Victoria Ocampo y muchas más. Además, la Residencia tuvo un contacto muy estrecho con el International Institute for Girls in Spain, creado por mujeres estadounidenses universitarias lideradas por Alice Gordon Gulick, con objetivos similares a los de la Residencia: lograr que las mujeres españolas accedieran a la educación universitaria como ya, desde el siglo XIX, hacían las estadounidenses y pudieran así, de alguna manera, apropiarse de su destino[3]. A través del International Institute las jóvenes residentes españolas y latinoamericanas conocieron a un grupo numeroso de graduadas y de profesoras estadounidenses que impulsaron los contactos de estas estudiantes con las universidades de mujeres, la mayoría en la costa Este de Estados Unidos. Cuando estas españolas tuvieron que exiliarse, los sectores de la sociedad civil estadounidense feministas se activaron y las puertas de los colleges femeninos (y feministas) se abrieron para ellas. Pilar de Madariaga, Isabel García Lorca, Laura de los Ríos, Margarita de Mayo, Sofía Novoa, Concha Zardoya y un largo número de mujeres, vinculadas a los proyectos modernizadores del krausismo y al Instituto Internacional, cruzaron el Atlántico y se transformaron en brillantes profesoras de español en Smith College, Vassar College, Barnard College y sobre todo de la Escuela española de Middlebury College[4].

En la Residencia de Señoritas, Victoria Kent entró en contacto con Julia de Meabe, una de sus grandes amigas, viuda del socialista Tomás Meabe y madre de Leonchu con los que vivió en su casa y bufete de la madrileña calle de Marqués de Riscal 5; a la escritora chilena y premio nobel Gabriela Mistral; y a Victoria Ocampo. También conoció a las mujeres de la familia de Fernando de los Ríos, ministro de justicia que la nombró directora general de Prisiones en 1931, cargo del que se sintió más orgullosa a lo largo de su vida. Fue la familia de los Ríos Giner, que emparentó en su exilio estadounidense con la familia García Lorca, al casarse Francisco García Lorca con Laura de los Ríos en Middlebury College en 1942, los que presentaron a Victoria Kent, exiliada también en Nueva York, a la que fue su compañera durante 37 años, Louise Crane. Juntas, Victoria Kent y Louise Crane, que compartían una entrañable amistad con Victoria Ocampo y Gabriela Mistral, impulsaron y ampliaron a través de sus cartas esa red de amigas con la incorporación de escritoras y profesoras estadounidenses como Elizabeth Bishop o Mary MacCarthy. En la multitud de empresas comunes que realizaron –Revista Ibérica por la Libertad, Editorial Ibérica, Spanish Refugee Aid, entre otras—participaron muchas veces toda esta red de amigas.

Este grupo inmenso estaba constituido además de por las ya citadas por mujeres que permanecieron en España y no se exiliaron como Carmen Conde o Consuelo Beges; por republicanas exiliadas en Latinoamérica como María Zambrano y Rosa Chacel; y por muchas otras españolas y estadounidenses, habitando en diferentes partes de Estados Unidos como Marianne Moore, Carmela Iglesias, Carmen Aldecoa y Nancy Macdonald. Ellas supieron, a través de la escritura de multitud de cartas, ayudarse, cuidarse, animarse, reírse y compartir vida impulsando sus profesiones y sus opciones de vida en libertad.

[1] Louise Crane y Victoria Kent Papers, Yale University Library. http://drs.library.yale.edu/HLTransformer/HLTransServlet?stylename=yul.ead2002.xhtml.xsl&pid=beinecke:cranel&clear-stylesheet-cache=yes

[2] Más información sobre la Residencia de Señoritas en: http://www.residencia.csic.es/expomujeres/expo02.htm

[3] Instituto Internacional: https://www.iie.es/historia-del-instituto/

[4] Roberto Veguez, In the Green Mountains of Vermont: Spanish and Latin American Exiles in the School of Spanish at Middlebury College. http://schoolofspanish.middcreate.net/centennial/book/index

Carmen de la Guardia es profesora del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid y directora asociada del programa de estudios graduados de la Escuela española de Middlebury College en Vermont, Estados Unidos. Interesada en la historia cultural de la política, en los estudios de género y en las relaciones entre España y Estados Unidos, entre sus últimos libros destacan: Victoria Kent y Louise Crane en Nueva York. Un exilio compartido (2016); Moving Women and the United States. Crossing the Atlantic (2016); Historia de Estados Unidos (tercera edición 2012).

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