El pasado día 13 se celebraba el Día Mundial de la Radio y casi todas las emisoras y medios de comunicación de masas se hacían eco de la importancia de las ondas en la evolución y vida de los ciudadanos.
En el ámbito norteamericano han sido muchos y muy conocidos los nombres que pueblan el imaginario popular y cuyas voces han impregnado el espacio sonoro de la vida cotidiana. Aún se habla de aquella retrasmisión que realizó Orson Welles leyendo “La Guerra de los Mundos” de H.G.Wells y que provocó el escándalo y el pánico de los oyentes desde el Mercury Theater el 30 de octubre de 1938.
Otra de las voces más destacadas del panorama radiofónico norteamericano es la del impenitente fumador Edward R. Murrow, famoso periodista de la CBS (Columbia Broadcasting Service) que el público más joven recordará por la interpretación que en 2005 realizó David Strathairn en la cinta cinematográfica Good night and good luck dirigida por George Clooney que relataba la querella en las ondas televisivas que tuvo Murrow contra el senador Joseph McCarthy en los años de hierro de la “Caza de Brujas”. Edward R. Murrow fue de aquellos reporteros que hicieron el salto entre la radio y la televisión en los años cincuenta y se convirtió en una de las voces e imagen más conocidas de la pantalla norteamericana. Su debut en la CBS se produjo en 1935 aunque fue durante la Segunda Guerra Mundial, desde Londres, cuando obtuvo la fama radiofónica enviando crónicas de los bombardeos alemanes de la capital londinense. El 20 de agosto de 1940, desde lo alto de un edifico de Trafalgar Square retransmitió el bombardeo para los oyentes de Estados Unidos. Empuñaba el micrófono en alto para obtener el sonido ambiente de los bombarderos alemanes pasando por encima de su cabeza soltando bombas en la operación León Marino. Las crónicas de Murrow comenzaban con un saludo que, al igual que su despedida “Good Night an Good Luck” (buenas noches y buena suerte) le hicieron reconocible para el público norteamericano. Su inicio siempre era “This… is London” acentuando fuertemente el “This” y dejando un breve silencio antes de continuar para marcar la importancia de la ubicación del reportero al realizar la retransmisión. Estoy en Londres, esto es lo que hay. Veracidad y noticias en tiempo real.
En el acervo popular este tipo de retransmisiones en el lugar de los acontecimientos mientras el reportero observa el ataque de unas fuerzas contra otras se ha perpetuado como la primera retransmisión de una batalla a través de la radio.
No obstante, en lo que atañe a España y a la radio norteamericana, es precisamente en este punto en el que hay que realizar una histórica rehabilitación y revisión de la figura de otro veterano reportero al que Edward R. Murrow le debe buena parte de sus inicios periodísticos en la CBS. H.V. (Hans von) Kaltenborn había nacido en Milwaukee en 1878 y con veinte años se había alistado en el ejército durante la guerra hispanonorteamericana de 1898. Fue una de las voces más respetadas y conocidas de la época dorada de la radio (Golden Age of Radio) en los años veinte. Su dicción clara y concisa y la necesidad de contrastar las noticias que retransmitía le hicieron valer el título de “la voz de la autoridad”. Tras la retransmisión de Orson Welles de War of the Worlds en 1938, apenas un mes después de la conferencia de Munich que Kaltenborn había retransmitido y comentado en la CBS, la mujer de Kaltenborn afirmó que, mientras Welles representaba la “fantasía” su marido representaba la “realidad”[i]. Desde Munich Edward R. Murrow enviaba a Nueva York los discursos de Hitler, Mussolini, Daladier y Chamberlain y los boletines de lo que ocurría en la conferencia que iba a determinar la cesión de Checoslovaquia a los nazis. Kaltenborn, en el estudio 9 de la CBS en Nueva York, permaneció durante casi veinte días saliendo en raras ocasiones, durmiendo en un saco militar con el micrófono a su lado para interrumpir, si era necesario, los boletines cotidianos de la CBS y comentar los cables que le llegaban desde Munich realizando, al mismo tiempo, un análisis y traducción exhaustiva de los discursos en alemán, italiano y francés de los participantes en la Conferencia de Munich. Fue el primer reportero al que se le puede considerar analista político[ii].
No obstante, ya dos años antes, había logrado un hito en la historia de la radio. Tras el golpe de Estado de los militares en España el 18 de julio de 1936 Kaltenborn, que se encontraba en París, viaja a la frontera en las primeras semanas de contienda en el momento en el que las democracias occidentales adoptan la postura de no intervención en la defensa de la República española pero la Alemania Nazi y la Italia fascista muestran un claro interés en ayudar al éxito de la insurrección militar del general Franco. Su intención era poder pasar a España y obtener la visión de los dos bandos del conflicto. Llega a Hendaya en los últimos días de agosto de 1936 en el momento en el que las tropas rebeldes realizan el asalto a la ciudad fronteriza de Irún para romper el contacto de la República desde el País Vasco con Francia. Tomando como base de operaciones Hendaya, en suelo francés, y así poder enviar sus crónicas sonoras a Estados Unidos a través de línea telefónica en un periplo Burdeos, París, Londres y la estación radiofónica de Rugby que transmitía en onda corta hasta Nueva York, consigue introducirse en suelo español el 3 de septiembre en los días previos a la caída de Irún en manos de los rebeldes. Junto con un ingeniero de radio francés elige una pequeña granja situada en tierra de nadie entre las líneas republicanas y rebeldes. Tiran un largo cable telefónico hasta la casa y se deciden a realizar la primera retransmisión radiofónica real de un campo de batalla en la Historia[iii].
Kaltenborn consigue que la retransmisión llegue a New York aunque desde la CBS le contestan que no puede entrar aún en el aire debido a “anuncios publicitarios” (“Stand by. Too many comercial programs just now. Will call you later”). Solo a las nueve de la noche, hora costa este, consigue hablar durante quince minutos a los oyentes norteamericanos. La crónica es muy ilustrativa de lo que Kaltenborn estaba viviendo:
“En un momento o dos, cuando la ametralladora que ha estado ladrando toda la noche suene de nuevo, dejaré de hablar por un momento para que puedan escuchar algo del sonido de esta guerra civil que continúa incluso durante la noche … (sonido de disparos de fusil) Esos son disparos aislados que intercambian los centinelas de la línea del frente … Directamente delante de mí mientras miro en la oscuridad de esta noche de verano hay una brillante línea de fuego que surge de la fábrica más importante de la ciudad de Irún. . A última hora de la tarde, vimos un avión rebelde que volaba en círculos y arrojaba bombas.” [iv]
En sus memorias, Kaltenborn explica que comentó la batalla a la audiencia de la CBS en New york mientras los ejércitos en contienda le proporcionaban los “efectos sonoros”[v].
Tras las batalla de Irún, Kaltenborn estableció su centro de operaciones en Hendaya desde la cual llegaba a los diferentes frentes de la contienda civil española entrando y saliendo de Francia por San Juan de Luz. Durante el año 1937 consiguió entrevistas y testimonios radiofónicos y periodísticos del bando rebelde y del bando republicano empleando una fotografía de Hitler (para el lado fascista) y una de un comisario político soviético (para el lado republicano) que poseía en su cartera.
Su carácter de reportero y analista le llevaron a realizar múltiples referencias en sus crónicas de guerra al intervencionismo extranjero en la contienda civil española, criticando la postura de las potencias democráticas occidentales con respecto a la República mientras las potencias fascistas de Alemania e Italia mostraban un claro apoyo a los militares rebeldes. Para él, la postura no intervencionista era una triste decisión para la España republicana[vi].
Esto ha sido todo. Un pequeño homenaje al decano de la radio norteamericana, H.V. Kaltenborn.
Desde Alcalá de Henares…
Buenas noches y buena suerte.
[i] Nimmo D & Newsome, C. Political Commentators in the United States in the 20th Century: A Bio-critical Sourcebook, Greenwood Publishing Group, 1997, p. 129.
[ii] Ibid… pp. 135-136
[iii] Citado en: Bliss, Edward., Now the News: The Story of Broadcast Journalism, Columbia University Press, 1991. p. 78. “As the battle for Irun began and shells and bullets whizzed over this French farm I conceived the idea of broadcasting a battle description punctuated by battlesounds. A French radio engineer, who was keen on the idea, located a telephone line in the abandoned farmhouse that stood between the two battle lines. To get the best sound effects we ran a long cable from the house to a small haystack located at an ideal vantage point to both see and hear the artillery shells… I was determined to make the first actual battlefield broadcast in radio history.”
[iv] Ibid… p.79. “In a moment or two, when the machinegun which has been barking all evening sounds again, I will stop talking for a moment in order that you may get something of the sound of this civil war as it continues even through the night… (sound of rifle fire) Those are the isolated shots which are being exchanged by the frontline sentinels… Directly in front of me as I look through the dark of this midsummer night is a bright line of fire rising from the most important single factory in the city of Irun. Late this afternoon, we watched a rebel airplane circling overhead and dropping bombs.”
[v] Kaltenborn, H.V., It seems like yesterday, New York, Putnam, 1956. pp. 104-105.
[vi] Ibid… p. 105.