La simbología nacional en España, desde 1833 hasta hoy mismo, ha supuesto invariablemente un motivo de tensión, discusión y enfrentamiento. La presentación hace muy pocos días del candidato del PSOE a las elecciones generales es buena prueba de ello, mereciendo mayor cobertura mediática la gran bandera nacional que enmarcaba el acto que el contenido del mismo.