Mitt Romney se va quedando solo en las primarias republicanas. El pasado lunes fue Ron Paul quién anunció su retirada de la campaña por carecer de los fondos suficientes para hacer frente a una campaña millonaria. Pero esto no significa que vaya a desaparecer y dejar vía libre a sus contrincantes. En su declaración, confirmó que dejará de hacer campaña en aquellos Estados donde todavía no se ha votado, pero fijará su estrategia en ganar delegados para la Convención Nacional del próximo agosto en Tampa.
Ron Paul, un hombre de 76 años que ya se ha presentado como candidato a presidente en 1988, 2008 y este 2012, es un médico libertario que ocupa su escaño en la Cámara de Representantes desde 1997. Es conocido entre los ciudadanos por sus ideas un tanto extremas, como la negación de cualquier intervención militar de Estados Unidos (postura que le valió el apodo de “Dr. No”), la legalización de algunas drogas o el aislacionismo norteamericano del resto del mundo. Pero con sus últimas victorias estaba demostrando que tiene sus seguidores y pueden tener un papel importante en noviembre.
La tendencia de los partidarios de Paul es uno de los asuntos indefinidos de cara a noviembre. Una de las últimas encuestas a nivel nacional publicadas por Public Policy Polling confirma que, las personas cercanas a las ideas de Ron Paul, tienen una opinión similar a la hora de juzgar a Obama y Romney. Un 58% tienen una imagen desfavorable de Obama, frente a un 26% favorable. Mientras que un 58% tiene una imagen desfavorable de Romney ante el 27% favorable.
Unas opiniones que no se separan mucho a la hora de decidirse por el candidato demócrata o republicano en caso de que las elecciones fueran hoy: un 39% se decantaría por la reelección de Obama y un 45% por Romney.
Paul se ha retirado con 104 delegados y aunará esfuerzos en poder ganarse los denominados “unallocated” (delegados que no está definido por quién votarán en Tampa) y en llevar un fuerte mensaje a la Convención Nacional de agosto.
Muchos también apuestan por la posibilidad de que se presente en noviembre como independiente, cuestión casi descartada porque supondría un gran daño para la carrera política de su hijo, el senador Rand Paul, que aspira a ser candidato en las presidenciales de 2016. Pero de una forma u otra, Ron Paul tiene todavía mucho que decir, y tanto los republicanos como los demócratas no deberán perder de vista sus movimientos en los próximos meses.