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Equal Pay Day

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La división partidista en Estados Unidos ha provocado el rechazo de una ley que defendía el derecho de las mujeres a cobrar el mismo salario que los hombres. Los demócratas, defensores de la propuesta, han acusado a los republicanos de desfavorecer sistemáticamente a las mujeres. Estos, por su parte, han calificado la actitud demócrata de oportunismo político, al hacer coincidir la votación con el ‘Equal Pay Day’.

Con la firma de dos órdenes ejecutivas, el presidente Obama ha tratado de corregir la desigualdad defender en el pago de los sueldos de las mujeres estadounidenses.Julio Cañero

Si al final Hillary Clinton decide presentarse a las primarias demócratas –ya ha manifestado públicamente que se lo está pensando,- y las gana, sería la primera mujer en la historia de Estados Unidos con muy serias posibilidades de alcanzar el poder ejecutivo. El que una mujer llegue a ocupar tan alta posición responde a una realidad social que certifica el creciente empoderamiento femenino en muchos de los niveles de responsabilidad gubernamental. Sin embargo, esa feminización de la vida política choca frontalmente con las cifras que muestran como una mujer recibe, de media, 77 centavos por cada dólar que recibe un hombre en su trabajo -cifra que se reduce hasta los 64 centavos si es afroamericana y hasta los 55 si es latina. Este “gender wage gap” o “brecha salarial” es la que ha tratado de corregir el presidente Obama con la firma de dos órdenes ejecutivas destinadas a defender mayor transparencia en el pago de los sueldos de las estadounidenses.

La sanción de esas disposiciones se hacía coincidir con el “Equal Pay Day”, el 8 de abril de 2014. Este Día de la Paridad Salarial marca las jornadas laborales de más que una mujer estadounidense tiene que estar trabajando desde el 1 de enero de este año para cobrar lo mismo que un hombre durante todo el 2013. Obama lo certificaba oficialmente mediante una proclama presidencial e instaba a republicanos y a demócratas a presentar y tramitar propuestas legislativas que redujeran el déficit salarial que las mujeres tienen con respecto a los varones. Parece tarea difícil, porque por tercera vez -las otras dos fueron en 2010 y 2012,- los senadores republicanos bloqueaban este miércoles la aprobación de la “Paycheck Fairness Act”. Con 52 votos a favor -todos demócratas,- la senadora Barbara Mikulski, patrocinadora del proyecto de ley, veía cómo caía nuevamente su propuesta ante la oposición republicana. En esta ocasión, Mikulski no ha podido contar con el apoyo de las senadoras republicanas Susan Collins y Lisa Murkowski, casi siempre aliadas transversales en temas relacionados con la mujer.

Con unas elecciones parciales a la vuelta de la esquina en las que el voto femenino será determinante, la actitud republicana no ha hecho sino echar más fuego a la “war on women” de la que les acusan los demócratas. Este tipo de acciones son las que pueden arrastrar a las mujeres a las urnas como ocurrió en 2012, cuando las féminas se decantaron en mayor porcentaje por Obama que los hombres, e inclinar la balanza del lado demócrata. En la entrevista que concedió a la CNN, Hillary confesaba que lo importante no era si llegaría a ser presidenta, sino por qué querría hacerlo y para qué. A tenor de la división partidista, la defensa de la paridad salarial parece ser una razón más que suficiente. Puede que en el futuro no sea necesario celebrar el “Equal Pay Day”. Cuando llegue ese momento dará igual que quien esté en la Casa Blanca sea hombre o mujer. Será un gran día.

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