Hillary abuela

Hace unos días los medios de todo el mundo –y en especial los estadounidenses– se hacían eco de la noticia de que Hillary Rodham Clinton iba a ser abuela. El anuncio televisivo venía directamente de la futura mamá, Chelsea Clinton, ante la presencia de la futura abuela dando material más que suficiente para que se hablara del tema. Por eso algunos clasificaban el anuncio como parte de la campaña política haciendo alusión a la coincidencia de la noticia en un “momento fantástico”. Por cierto, también será abuelo el expresidente Bill Clinton.

En un análisis transversal de la noticia por parte de sus adversarios o simplemente por los buscadores de la polémica, la buena nueva trasciende del hecho puramente familiar, ya que cuestionan la posibilidad de que la exsecretaria de Estado se presente o no a la candidatura para la presidencia de Estados Unidos. Tendrá tiempo más que suficiente para responder a la pregunta durante la gira que inicia hoy para promocionar su libro Hard Choices. Aunque lo interesante del debate parece haber tomado un rumbo distinto cuando algunos se preguntan si afectará y en qué medida lo hará el hecho de que se convierta en abuela.

Desde luego el doble sentido de la palabra abuela es también el argumento con el que los republicanos se han abanderado para combatir a la supuesta candidata. De esta manera estará durante días la noticia en el candelero, o mejor dicho durante meses, y por extensión la trataremos en España.

El pasado martes el Instituto Franklin-UAH organizó una mesa redonda con motivo de la presentación del último ejemplar de la revista Tribuna Norteamericana en Madrid y en concreto en el espectacular escenario que resulta siempre Casa de América. El número, cuya portada no puede ser más gráfica, versa sobre la mujer norteamericana en la política e incluye entre sus artículos, uno escrito por la corresponsal de RTVE Dori Toribio, sobre Hillary Clinton. En él se destaca el interés de Clinton por las mujeres y en concreto por las niñas del mundo. Pues en la educación parece estar la clave del cambio en las futuras sociedades, como así declararon las ponentes de excepción que formaron parte de la mesa redonda. Kate M. Byrnes, consejera de Cultura, Educación y Prensa de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, relató –al igual que en su artículo– cómo fomenta la diplomacia de EE.UU. la igualdad de género y la participación en política de las mujeres. La profesora Alana Moceri, fundadora de Democrats Abroad en Madrid, ofreció un análisis comparativo de la situación de la mujer en la política tanto en España como en Estados Unidos. Análisis que detalla en su artículo y en el que confirma que la mujer española está mayormente representada en el espectro político. Cristina Manzano, directora de Esglobal, fue la tercera de las ponentes, quien argumentó lo que califican algunos de “nuevo feminismo”. No se trata de luchar por derechos, ni de que las mujeres quieran ser como los hombres. Se trata de alcanzar una conciencia en la sociedad en la que la exista un equilibrio de responsabilidades en la vida familiar.

Todavía parece complicado que la mujer pueda romper el “techo de cristal”, pero sin duda una futura presidenta de los Estados Unidos impulsaría el proceso. Habría que empezar por incluir a los hombres en este propósito. Así que, ¡enhorabuena Abuelo Clinton!

Diálogo Atlántico
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