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John Kerry en España: cinco claves

860x520 20 Oct John Kerry en España cinco claves

La visita del responsable del Departamento de Estado a Madrid recuerda cómo la agenda de seguridad y defensa vuelve a dominar la relación bilateral entre los gobiernos de Estados Unidos y España.

Entre el domingo y el lunes, la diplomacia viajera de Estados Unidos ha llegado hasta Madrid con la retrasada visita a nuestro país de John Kerry. En clave doméstica, el responsable del Departamento de Estado ha repetido la fórmula ya acuñada por el propio presidente Obama a favor de «una España fuerte y unida». Sin que haya faltado tampoco un mensaje de escrupulosa neutralidad frente a las próximas elecciones generales convocadas en España en diciembre. Junto a estas consideraciones obligadas y un repaso inevitable a las tragedias que se acumulan en Oriente Medio, la agenda de Kerry en Madrid ha terminado por reflejar la creciente cooperación bilateral en materia de seguridad y defensa.

1. Palomares:
Las consecuencias del apocalíptico despliegue de armas de destrucción masiva durante la Guerra Fría -incluido el constante trasiego aéreo de cabezas nucleares- se han hecho sitio medio siglo después en la visita de Kerry a España. El secretario de Estado y el ministro Margallo han suscrito una declaración política por la que Washington se compromete a retirar los 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada procedente de la localidad almeriense de Palomares. Durante la mañana del 17 de enero de 1966, un bombardero B-52 y un avión cisterna KC-130 colisionaron en esa zona, dejando caer un total de cuatro bombas termonucleares, mucho más destructivas que las utilizadas contra Hiroshima y Nagasaki para saldar la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico.

Dos de esos artefactos pudieron ser recuperados intactos pero otras dos cabezas liberaron una parte de su carga radioactiva. Antes de la estampa histórica protagonizada por el ministro Fraga en bañador, Estados Unidos se llevó 5.500 bidones de tierra contaminada desde el puerto de Cartagena. Sin embargo, a finales de los noventa, se detectaron en la zona de Palomares niveles significativamente altos de americio, resultado de la descomposición de restos de plutonio. Tras años de investigaciones y análisis, se determinó la existencia del equivalente a dos piscinas olímpicas de tierra compactada y contaminada por el equivalente a medio kilo de plutonio. A partir de ahora, si el gobierno de Estados Unidos materializa los fondos necesarios, se supone que todo ese material procedente de la costa almeriense terminará siendo transportado hasta instalaciones especializadas en el desierto de Nevada.

2. Morón y Rota:
La visita de John Kerry tenía que haber ocurrido el pasado mes de mayo, pero la cita quedó aplazada cuando el secretario de Estado se rompió el fémur derecho en un accidente al practicar una de sus grandes aficiones: el ciclismo. Aquel contratiempo impidió que se rubricase en Madrid el acuerdo para el uso de las instalaciones militares de Morón de la Frontera como base permanente del nuevo mando del Pentágono para África (AFRICOM). Ese acuerdo tuvo que formalizarse durante una visita del secretario español de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, a Washington.

La base aérea de Morón, construida durante la Segunda Guerra Mundial al sudeste de Sevilla, ha venido siendo utilizada por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos desde la firma de los primeros acuerdos de defensa de 1953. Las instalaciones, con un creciente valor estratégico, han sido activadas por el Pentágono en casi todas las crisis mundiales ocurridas durante y después de la Guerra Fría. Con el nuevo estatus de Morón, y una inversión en mejoras estimada en 29 millones de dólares. Estados Unidos podrá desplegar en esas instalaciones un máximo de 2.200 militares (sobre todo marines para misiones especiales), 500 civiles, así como una treintena de aeronaves.

Como parte de la estrecha cooperación militar con España impulsada durante esta legislatura, el Pentágono también ha completado el pasado mes de septiembre una parte sustancial de sus esfuerzos para mejorar las defensas antimisiles de la OTAN. Con la llegada USS Carney, Rota se ha convertido también en base permanente para el despliegue por parte de la Armada de Estados Unidos de cuatro sofisticados cruceros de misiles guiados de la clase «Arleigh Burke».

3. Israel y Siria:
Palomares no ha sido el único asunto tóxico abordado durante la visita de Kerry a España. A pesar de la falta de entendimiento que arrastra la Administración Obama con Israel, el secretario de Estado ha descartado en Madrid la propuesta francesa para desplegar observadores internacionales en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén para contener la oleada de violencia desencadenada hace un mes y que se ha cobrado medio centenar de víctimas mortales. De acuerdo a los argumentos ofrecidos por el responsable diplomático de Estados Unidos, la implicación de «actores externos» cuenta con el rechazo de Israel y del rey Abdulá de Jordania, custodio de ese lugar sagrado para los musulmanes que incluye el templo Al Aqsa y la Cúpula de la Roca. Según Kerry, el gobierno de Netanyahu insiste en que no existen planes para cambiar el actual status que impera desde 1967 y que permite el acceso de los palestinos a la zona que los israelíes conocen como Monte del Templo, sobre el muro de las lamentaciones.

En lo referente a Siria, la creciente implicación militar de Rusia también ha sido cuestionada por Kerry. Para secretario de Estado, el respaldo de Putin al régimen de Bachar al Asad, «solamente creará más yihadistas y refugiados». La visita del responsable diplomático de Estados Unidos también ha servido para evidenciar el empeño del gobierno español por incluir al régimen de Damasco como parte de una solución negociada. Según ha argumentado Margallo, «hay que evitar el error que se cometió en Irak y Libia, hay que buscar una solución inclusiva en la que la comunidad alauí sepa que tiene futuro en Siria y no desmantelar las instituciones de raíz, como ocurrió en Libia».

4. Libre comercio:
Frente a todas las cuestiones de seguridad y política exterior, la visita de Kerry ha coincidido con el inicio en Miami de la ronda número once para el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (Transatlantic Trade and Investment Partnership, más conocido por sus siglas TTIP). El progreso de este proceso negociador iniciado en 2013 se ha visto ralentizado -en contraste con el reciente acuerdo TPP logrado con países de la cuenca del Pacífico- por la resistencia acumulada por parte de Europa. Sobre todo en la Unión Europea se ha extendido la percepción de que Estados Unidos aspira a cuestionar estándares fundamentales en materias como salud, trabajo y medioambiente. En Madrid, el secretario de Estado ha recalcado que tras el éxito del acuerdo con Asia, «resulta realmente importante que Europa se ponga de acuerdo en torno al TTIP porque puede elevar las reglas y regulaciones con las que hacemos negocios por todo el planeta». Según Kerry, «esto no dañará el medioambiente o las regulaciones laborales… pero eliminará interferencias que impiden nuestra habilidad para crear puestos de trabajo con mayor rapidez».

5. A la espera de Obama:
Las fotos de Kerry en Madrid –con o sin guitarra– han alimentado la impresión de que la visita a España del secretario de Estado era una especie de premio de consolación. A pesar de que a lo largo de esta legislatura han pasado por nuestro país tanto el secretario de Defensa como el vicepresidente Biden, parece que toda esa exhibición de diplomacia viajera sabe a poco en ausencia de un viaje oficial del presidente de Estados Unidos.

Ante tanta insatisfacción, Obama indicó durante la reciente visita en septiembre de Sus Majestades los Reyes a Washington que le gustaría volver a España. En su caso, sería reincidente porque en 1988, en plan mochilero, ya tuvo oportunidad de pasearse por Madrid y Barcelona. Sin olvidar la  visita de su familia a Marbella en 2010. Aunque una cosa son los deseos y otra la agenda de un «pato cojo».

Al ocupante del despacho oval le quedan poco más de 450 días en la Casa Blanca. Todo es posible pero sus prioridades son las que son: consolidar su legado político y, si es posible, lograr que le suceda un correligionario demócrata. En este sentido, Obama ya ha tenido algo más que una cortesía con nuestro país cuando durante la difícil primavera de 2010 telefoneó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para pedirle la adopción de medidas económicas urgentes.

 

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