Desde la independencia de las naciones americanas, la leyenda negra que pesa sobre nuestro país nos ha privado de ocupar el puesto en los momentos fundacionales de dichos territorios que otros países, como Gran Bretaña, sí han sabido mantener. La política del Ministerio de Asuntos Exteriores en su relación con Estados Unidos ha marcado en rojo, muy acertadamente, todos los vínculos históricos entre España y el país de las barras y estrellas.
Hace un mes comenzó la emisión de la serie de Radio Televisión Española “El Ministerio del Tiempo”. La trama de la serie se basa en un secreto de Estado que guarda el Gobierno de España: una lista de puertas que dan acceso a otros tiempos de la historia de nuestro país. La labor de los funcionarios de tan pintoresco ministerio no es otra que mantener inalterable el devenir de nuestra nación. Aunque muchos preferiríamos que se pudieran borrar de nuestro pasado momentos lamentables, lo cierto es que, como se afirma en el primer episodio: “El tiempo es el que es.” Gracias a este programa de televisión los españoles podemos viajar a otras épocas y conocer a personajes históricos, héroes o villanos, que han forjado esta vieja Hispania. La historia de nuestro país es fecunda en eventos y caracteres del pasado, y cada uno de ellos se merecería por sí mismo un programa de televisión. Si Carlos I o su hijo Don Juan de Austria hubiesen sido estadounidenses, no duden que Hollywood nos los hubiera glorificado y quien sabe si incluso oscarizado. Pero aquí solemos hacer las cosas de manera bien distinta, lo que ha llevado a algunos incluso a abjurar de nuestra presencia en el continente americano y a olvidar lo que aportamos en Norteamérica.
Desde 2013 y hasta finales de 2015 habremos tenido la oportunidad de redimir nuestro pasado y borrar, aunque solo sea en parte, la leyenda negra que nos viene acompañando desde hace ya demasiado tiempo. Para eso se constituyó en 2013 la Comisión Nacional para las Conmemoraciones de la Nueva España. Esas celebraciones no son otras que el Quinto Centenario del descubrimiento de la Florida por Juan Ponce de León (1513), el Quinto Centenario del descubrimiento del Océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa (1513), el 300 Aniversario del nacimiento de Fray Junípero Serra (1713), el 200 Aniversario del cierre de la ruta del Galeón de Manila (1815) y el 450 Aniversario de la fundación por Pedro Menéndez de Avilés de San Agustín, la primera ciudad de Estados Unidos (1515). Para el Ministerio de Asuntos Exteriores-, en este caso el de verdad, no el de la ficción,- todos estos eventos constituyen ejes prioritarios en su política exterior y se enmarcan dentro del interés de acentuar nuestras ya excelentes relaciones con los EE.UU.
En San Agustín también están preparándose para conmemorar su 450 aniversario fundacional. El pasado 26 de febrero, Avilés, ciudad hermanada con San Agustín, hizo entrega a la alcaldesa de la ciudad estadounidense de una laboriosa réplica a escala del buque San Pelayo, con el que Pedro Menéndez llegó a Florida. Dos días más tarde se celebró una “Grande Procession” en el centro histórico de la ciudad para conmemorar el nacimiento de su fundador. El desfile recorrió las calles de San Agustín al grito de ¡Viva Menéndez!, ¡Viva San Agustín!, y ¡Viva España! Todavía quedan seis meses para que se celebren la fecha exacta de la llegada del adelantado español y muchos más eventos irán dando cuenta de tan significada efeméride. A buen seguro que los visitantes de esta pequeña ciudad en población, pero grande en legado histórico estarán por rango a la altura de la conmemoración. No serán los funcionarios del Ministerio del Tiempo los que vayan a San Agustín. Ellos solo pueden viajar al pasado para que la historia sea la que es. Los representantes españoles de verdad serán los que sí deberán viajar para que el lastre de la leyenda negra y el olvido de nuestra presencia en la Nueva España cambien en el futuro.