El escándalo de espionaje del gobierno de Estados Unidos a través de internet que los diarios The Guardian y The Washington Post destaparon hace unos días está traspasando fronteras. Mientras el gobierno intenta dar explicaciones a lo ocurrido y las empresas norteamericanas involucradas piden ayuda a la Justicia para recuperar la confianza de sus usuarios, la Unión Europea ha condenado esta actuación en el pleno de este martes ya que “atenta contra la privacidad y la protección de datos de los ciudadanos”.
Hace unos días, el ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Edward Snowden, filtró a varios medios de comunicación los programas de vigilancia masiva que el gobierno utiliza para conseguir datos privados a través de los principales servidores de internet y teléfono. Snowden declaró que no le parecían “correctas las formas de actuación de su gobierno y quería que todos los ciudadanos supieran que se atenta contra su privacidad”.
A partir de ahí se desató la caja de pandora. Según se ha publicado, el gobierno cuenta con el registro de las llamadas realizadas a través de Verizon, una de las principales compañías de teléfono del país, y datos de nueve de los servidores más utilizados en todo el mundo: Microsoft, Apple, Facebook, Skype, Google, AOL, Yahoo, YouTube y PalTalk,
Representantes de todas las compañías han solicitado al Fiscal General y al FBI la posibilidad de ofrecer informes de transparencia y datos que demuestren que lo publicado en muchos medios de comunicación no es cierto para restablecer la confianza de los usuarios en sus productos y sistemas. Uno de los más explícitos ha sido Google que, a través de su jefe de Asuntos Legales, David Drummond, ha asegurado “no tener nada que ocultar”.
Ante esta noticia el presidente Obama se apoya en la “legitimidad y eficiencia de los programas de vigilancia de su país” que permiten garantizar la seguridad de sus ciudadanos y especificó que sólo se registran los datos de las llamadas, no las conversaciones, y que los datos de internet “corresponden a usuarios extranjeros, no de ciudadanos americanos”, una afirmación que no han pasado por alto en la Unión Europea.
Los eurodiputados que han participado esta semana en el debate sobre esta cuestión han lamentado el comportamiento de su socio, Estados Unidos, al que el diputado Jaroslav Paska ha calificado específicamente de “paranoico”, y aseguran que la UE no comparte el enfoque de su socio ni su forma de actuar en democracia, “donde deben respetarse las leyes”.
Otro escándalo más que complica la agenda de Obama de los últimos meses en los que la confianza, la seguridad nacional y su estrategia política están quedando en evidencia. No habrá que perder de vista el impacto político y en la relación con los ciudadanos que estas crisis conllevan.