Aunque Mitt Romney sigue sumando delegados en cada una de las primarias que se celebran, no obtiene la ventaja suficiente como para sentirse un claro ganador. La fragmentación en el partido republicano en torno a los cuatro candidatos (Romney, Santorum, Gingrich y Paul) sólo beneficia a los demócratas, y algunos de los pesos pesados del partido ya están tomando posiciones.
Ayer fue el turno de Jeb Bush, hermano del ex presidente George W. Bush e hijo del ex presidente George H. W. Bush, que apoyó públicamente la candidatura de Mitt Romney hacia la carrera presidencial. Jeb Bush, gobernador de Florida entre 1999 y 2007, es el segundo miembro de la familia Bush que hace público su apoyo a Romney después de que su padre lo publicara el pasado mes de diciembre.
Según el ex gobernador de Florida, Estados Unidos se enfrenta a grandes retos y necesita un “líder que entienda de economía, no reconozca como única respuesta a los problemas más regulación, crea en el capitalismo empresarial y trabaje para asegurar que todos los estadounidenses tengan la oportunidad de éxito en la vida”. Cualidades que Jeb Bush encuentra en Romney por encima de los demás candidatos.
Este apoyo no sólo supone un nombre más en la lista tras Romney. Jeb Bush es uno de los hombres más influyentes del partido republicano. Muestra de ello fue el impacto de su artículo en el The Washingotn Post el pasado 26 de enero donde advirtió que si un republicano quiere llegar a la Casa Blanca debía conseguir el voto de los latinos. Y para ello había que empezar a entender a los latinos y hacerse eco de sus aspiraciones.
Una gran noticia para Romney tras su victoria en Illinois el pasado martes con el 46.9 % de los votos. Aunque las encuestas para las primarias de Louisiana de este sábado se inclinan por Santorum, Romney está cada día más cerca de convertirse en el candidato a la presidencia. Y además de recursos económicos, apoyos no le están faltando.
