Una de las funciones principales del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá es promover tanto la imagen de Estados Unidos en España como la de España en Estados Unidos. Fruto de ese deseo nació el Galardón Camino Real, que distingue a una figura española potenciadora de la percepción de nuestro país en Estados Unidos. Tras los otorgados a Plácido Domingo (2012) y Valentín Fuster (2013), en esta ocasión el galardonado también es de altura: el jugador de los Chicago Bulls, Pau Gasol.
La semana pasada visitaba la hermosa ciudad de Cáceres. Sus magníficas residencias, algunas de ellas construidas a raíz del intenso comercio entre España y el Nuevo Mundo, daban cuenta del importante papel que los españoles hemos jugado en tierras americanas desde hace más de quinientos años. Después de Cáceres marché a Trujillo, en cuya plaza mayor se alza imponente la escultura ecuestre de Francisco Pizarro, conquistador del Perú. Su recio semblante me hizo pensar en las dificultades a las que se tuvieron que enfrentar los primeros españoles tras su llegada al Nuevo Mundo. Tampoco lo tuvieron fácil aquellos conquistadores, exploradores, aventureros o misioneros hispanos que, desde el siglo XVI, se adentraron en lo que hoy es territorio de Estados Unidos. Juan Ponce de León, Francisco Vázquez de Coronado, Juan Rodríguez Cabrillo, Pánfilo de Narváez, Cabeza de Vaca, o Fray Junípero Serra: todos son nombres de una historia común entre España y Estados Unidos que, afortunadamente, estamos volviendo a recuperar.
En aquellas lejanas tierras, y de la rica vida comercial en la Nueva España, surgieron tanto el Camino Real de Tierra Adentro, que comunicaba a lo largo de dos mil quinientos kilómetros la Ciudad de México y la de Santa Fe, en Nuevo México, y el Camino Real de California, cuyo trazado unía las misiones que establecieron los padres franciscanos en la Baja y la Alta California. Fue precisamente un catalán, el leridano Gaspar de Portolá i Rovira, fundador de las ciudades de San Diego de Alcalá y Monterrey, quien se convertiría en 1768 en el primer gobernador de California. A finales del siglo XIX, siendo ya California un estado de la Unión, algunos de los trayectos de este Camino Real fueron adornados por campanas que, imitando a las de las misiones, se situaron sobre un cayado similar a los utilizados por los fundadores franciscanos. De esta manera se reconocía el esfuerzo de los españoles en el asentamiento de unos espacios que, con el tiempo, se transformarían en ciudades como San Diego, Santa Barbara, San Francisco o Carmel.
El Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá quiso unirse a los esfuerzos de recuperación de la presencia española en territorio estadounidense y creó el Galardón Camino Real con la finalidad de honrar la labor de aquellos españoles que han proyectado y potenciado la imagen de España en Estados Unidos. Este año, el Galardón ha recaído en la figura de Pau Gasol, un español y catalán universal que, al igual que su paisano Gaspar de Portolá, ha llevado nuestro estandarte a cotas nunca antes alcanzadas. Justificar este reconocimiento en Pau Gasol es, a todas luces, innecesario si se tiene en cuenta que es alguien que lo ha ganado todo con su selección y que es un ejemplo para miles de personas, especialmente niños y jóvenes, tanto en España como en Estados Unidos. Gasol es un dignísimo sucesor de Plácido Domingo y Valentín Fuster, galardonados respectivamente en 2012 y 2013. Con él, el Galardón Camino Real se ha convertido ya en una distinción de altura.