Las chicas de Maeztu son aquellas protagonistas que tuvieron la oportunidad de disfrutar de una experiencia excepcional en los primeros años del siglo XX, y con ello poder estudiar en algunas de las mejores universidades de los Estados Unidos.
Este año celebramos el 100 aniversario de la apertura de la Residencia de Señoritas el 1 de octubre de 1915. Esta entrada es un homenaje a estas pioneras que abrieron no solo el campo de la educación de la mujer en España, sino las nuevas vías de colaboración internacional entre las universidades de ambos países. Su sueño, su pasión, su obra fue construir la primera universidad de mujeres en España siguiendo los modelos de los Women Colleges en los Estados Unidos, y casi lo consiguen.
Un sueño, una idea, un proyecto liderado por tres mujeres excepcionales que hicieron historia. Tres maestras que, cada una a su manera, aportaron en la construcción de un modelo educativo moderno, práctico e internacional haciendo frente a las dificultades y problemas culturales de la España del momento; muchas barreras que derrumbar y muchos puentes que construir. Juntas trabajaron en una obra inconclusa que nos deja un gran legado educativo, pedagógico e histórico.
Lo que se conoce como el International Institute for Girls in Spain es un proyecto que tiene sus origines en el siglo XIX y está muy vinculado a las recién creadas universidades de mujeres de los Estados Unidos, también conocidos como los Women Colleges. Alice Gulick, graduada de Mount Holyoke (PA) se traslada a España, con su marido, con el objetivo de fundar lo que ella describe como “el Mount Holyoke de España”. En 1901 el proyecto se traslada a Madrid y en 1910 Susan Huntington, discípula de Gulick, se hace cargo de la dirección del International Institute for Girls. Es entonces cuando María de Maeztu, una de las más brillantes promesas educativas del momento, tendrá la oportunidad de impartir clases en el Instituto y conocer personalmente a Huntington, con la que se unirá en una estrecha amistad y admiración.
En 1915 abre sus puertas la Residencia de Señoritas liderada por Maeztu y pronto ambas mujeres inician una estrecha colaboración institucional, que se va a concretar en los cimientos un innovador modelo educativo de vanguardia que promueve la Residencia, inspirado en los principios y metodologías del International Institute for Girls. Es la fusión de ambos proyectos, un ideario norteamericano implementado en España, lo que la convierte en una institución excepcional.
A modo de rápida revisión es importante mencionar algunos de los aspectos que la caracterizaron: el carácter laico de la institución, en el que católicas y protestantes estudiaban juntas y que se guiaba por los criterios del honor, la disciplina y responsabilidad personal que promovían las universidades femeninas norteamericanas. La metodología docente que enfatizaba la investigación, la experiencia y la práctica como modo de aprendizaje directo y personalizado. La importancia que se concedía al deporte y la naturaleza para llevar una vida sana y aprender a trabajar en equipo.
Igualmente se comparten los recursos educativos y de esta manera se unen las bibliotecas de ambas instituciones logrando constituir una de las más importantes bibliotecas del momento con más de 13.000 volúmenes. Maeztu la bautizará como la Biblioteca de la Residencia de Señoritas-Instituto Internacional en reconocimiento a esta colaboración. No solo los fondos son importantes, sino también los nuevos métodos de archivo que trajeron las bibliotecarias norteamericanas y que posteriormente enseñaron a las alumnas españolas.
No podemos terminar esta rápida revisión sin hacer mención de la movilidad internacional que sus directoras fomentaron desde los inicios. Alumnas graduadas de las universidades femeninas llegaban a España como profesoras de inglés en el Instituto; así mismo, y a partir de 1920, se inicia un programa de becas para que alumnas españolas puedan beneficiarse de los estudios en aquel país. Las condiciones del viaje y la estancia eran duras, el viaje largo y el choque cultural importante. Sin embargo de las más de 30 alumnas que participaron como becarias en esta iniciativa, solo una decidió volverse.
El inicio del conflicto del 1936 termina con esta gran obra y con ella con el sueño de estas tres pioneras de establecer la primera universidad de mujeres en España. A partir de entonces, esta relación continuará pero ahora desde los Estados Unidos, que acogerá en el exilio a muchas de las becarias y alumnas de la Residencia que tuvieron que marcharse del territorio nacional. Pero ahora, en el 100 aniversario de la fundación de la Residencia de Señoritas, es el momento de celebrar esta gran obra que supuso, en todos los aspectos, un gran avance de la educación de la mujer española.
