El pasado viernes 26 de abril, en la medianoche, se hizo pública la nueva canción de Bruce Springsteen, Hello Sunshine, que adelanta la publicación de su nuevo disco que verá la luz en junio tras cinco años de silencio desde la aparición del, por otro lado, extraño en la trayectoria del músico de New Jersey, High Hopes. Parece que tras la etapa marcada por el tratamiento de grandes temas sociales que constituían la base de las historias incluidas en los últimos discos compuestos exclusivamente por canciones propias, Working on a Dream y Wrecking Ball, Bruce vuelve a centrarse en otra de las señas de identidad de su carrera: la narración de historias personales. Y digo Bruce, porque es bien sabido que los seguidores del cantante nos referimos a él con esta confianza que el lector me permitirá en esta entrada de blog.
El saludo al amanecer que nos propone Bruce puede entenderse como un monólogo personal para dar la bienvenida a una nueva etapa en la vida del cantante tras un periodo fuertemente marcado por una confesada depresión. Pero ese you con el que interpela el protagonista de Hello Sunshine también se puede interpretar como un mensaje dirigido a otra persona que ha entrado en su vida con fuerza pero que, al contrario que el protagonista que está ya de vuelta, se encuentra en el punto de partida de una búsqueda que le debe llevar a encontrar su lugar en la vida. Una persona que tiene por delante, como dice la canción, miles to go. Sin embargo, el protagonista, debido a su experiencia vital, sabe que ese recorrido implica una separación, es consciente de que miles to go are miles away.
Siguiendo esa línea de interpretación, se puede considerar Hello Sunshine, en cierta manera, una versión de madurez de aquella canción del propio Bruce, incluida en el álbum Born in the USA, «Bobby Jean», donde el cantante se despedía de esa persona, con la que nunca se aclara si le une una fuerte amistad o una relación sentimental más fuerte, que sale de la vida del personaje y narra su historia en busca de una nueva vida. Sin embargo, Bobby Jean venía marcada por el optimismo de la juventud que le permitía a Bruce terminar con una despedida que afrontaba la separación como una parte más de una vida que estaba empezando, pero que no era su intención change your mind, but just to say I miss you, babe. Good luck, goodbye. Era un mensaje de buena suerte para un adios que se veía como inevitable. Sin embargo, Hello Sunshine, está marcada por la madurez, por la experiencia de saber que si you fall in love with lonely, you end up that way. Por eso se atreve a transformar ese deseo de buena suerte de Bobby Jean en esta petición con la que termina la canción, ese won’t you stay que está a medio camino entre la pregunta y la afirmación de alguien que sabe que no va a poder impedir (probablemente, como en el caso de Bobby Jean, no va a querer impedir) que la persona que ha entrado en su vida cumpla sus deseos de recorrer su camino al tiempo que desearía que esa persona permaneciera a su lado.
Hello Sunshine, como parece que sucederá con todo el disco Western Stars del que formará parte, está influida, desde el punto de vista musical, por la música pop de California y, desde el punto de vista temático, por los territorios abiertos de Arizona, Nuevo México y Utah con sus grandes autopistas y territorios desérticos. De esta manera, aunque se trate de narraciones de tipo más personal, es inevitable en el caso de Bruce que aparezcan, tal y como se indica en la página web del cantante, temas de gran interés en el imaginario americano como son la sensación de aislamiento, pero también de comunidad, y la mezcla de una determinada desesperanza que contrasta con personajes que, en el fondo, nunca perderán la fe en las relaciones personales, las cuales, son a fin de cuentas las que constituyen esa comunidad. Esta mezcla de esperanza y desesperanza es la clave de ese won’t you stay final de una persona que, como dice la propia canción, had enough of heartbreak and pain y para la cual, el camino recorrido le hace mantener la llama de encontrar a alguien que calme ese dolor, que termine con su soledad.
Porque de nuevo, a través de una historia personal, Bruce nos está hablando de los grandes temas. Nos habla de encontrar un nuevo amanecer para unos Estados Unidos que, como el protagonista de la canción, had enough of heartbreak and pain. No es casual que el vídeo con el que se ha lanzado la canción nos muestre algo tan ligado al imaginario americano como un Chevrolet «El Camino» SS recorriendo esos territorios desérticos del medio oeste americano. Tampoco lo es que ese coche tenga una matrícula que dice Sunshine y cuyo origen es el estado de New Jersey, estado natal del cantante, de manera que la soledad y el dolor, las calles vacías de las que habla la canción, no son más que una metáfora de lo que está sucediendo, la distancia que se está abriendo entre los diferentes estamentos de la sociedad norteamericana.
No es de extrañar, por tanto, que Bruce Springsteen sea la única persona del mundo del espectáculo a cuyos ataques Donald Trump no se atreve a replicar. El actual presidente de los EE. UU. sabe perfectamente que muchos de sus votantes son fervientes seguidores del cantante. Y el motivo no es otro que Bruce, incluso en sus intervenciones más relacionadas con la política como su participación en las campañas demócratas, no realiza grandes discursos sino que habla a través de su guitarra. Una guitarra que, bien sea través de las narraciones más personales o en su tratamiento de los grandes temas que afectan a los Estados Unidos —¿acaso no es lo mismo?—, cuenta siempre historias que se acercan a las cuestiones que preocupan al ciudadano medio independientemente de cual sea su orientación política, su origen o su condición social. Historias que, como Hello Sunshine, mezclan la esperanza que supone la bienvenida a un nuevo amanecer, en el momento de nuestras vidas en el que ya hemos tenido suficientes dosis de dolor y corazones rotos, con el temor de que, tal vez, ese amanecer no permanezca por mucho tiempo con nosotros.