Los comités de Servicios Armados del Senado y del Congreso de Estados Unidos anunciaron el lunes por la noche un acuerdo en el que se amplía la capacidad del Poder Ejecutivo para trasladar a los presos de Guantánamo a terceros países.
Desde 2009 una de las promesas incumplidas del presidente Barack Obama ha sido su deseo de cerrar la prisión y, según algunos de los congresistas y senadores que hicieron declaraciones a comienzos de la semana tras haber llegado a un preacuerdo, “este acuerdo podría ser un primer paso para ello”.
Con los cambios en la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, National Defense Authorization Act) para el próximo año, el ejecutivo podrá trasladar a algunos presos a terceros países que admitan hacerlo manteniendo la prohibición de llevarlos a territorio norteamericano. Además, se ha acordado dejar de financiar a los militares para construir nuevos centros de detención en Guantánamo o actualizar y reformar los antiguos ya existentes.
Este nuevo acuerdo podría suponer, si el Congreso y el Senado lo aprueban en las próximas semanas, que 80 de los 162 presos ingresados en Guantánamo sean transferidos a otros países mientras que la situación de otros 48 quedaría sin definir por tratarse de presos que representan un grave riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos y no pueden ser juzgados por falta de pruebas o mal estado de éstas.
Según indicó el Secretario de Defensa, Chuck Hagel, cada preso de Guantánamo costará durante el próximo año 2,7 millones de dólares al gobierno estadounidense, mientras que un preso ingresado en una cárcel de máxima seguridad supone 34.000 dólares por año, datos que apoyan la decisión tomada por los Comités de Servicios Armados.
Además de los políticos partidarios y contrarios al traslado de presos y al cierre de la prisión, ONGs y organizaciones pro derechos humanos, han celebrado el acuerdo pero lo han calificado como “un paso adelante y un paso hacia atrás, por parte del Congreso. “La prohibición de llevarlos a EE.UU. es un enorme golpe para los derechos humanos”, indicó el director ejecutivo de Amnistía Internacional en EE.UU.
Obama estaría a tiempo de aprovechar una de las mejores oportunidades que ha tenido desde que ganó la presidencia para cumplir una de las máximas promesas de su campaña de 2008: cerrar la prisión de Guantánamo. Aunque parece que este final todavía está muy lejos de conseguirse.