Dolor y Gloria ha convertido a Pedro Almodóvar y a Antonio Banderas -protagonista de la cinta y actor fetiche del cineasta- en los españoles del momento dentro del panorama cinematográfico internacional. Tanto el director como el actor malagueño contaban con sendas nominaciones en la última edición de los premios de la academia -mejor película de habla no inglesa y mejor actor respectivamente- pero ambos regresarán a España con las manos vacías.
Las posibilidades de triunfo eran bastante limitadas: el tándem español se enfrentaba a un fenómeno de alcance mundial capaz de abatir a cualquier competidor (por pequeño o grande que fuese). Hablamos de Parásitos, la cinta surcoreana dirigida por Bong Joon-ho, inesperado éxito de crítica y público que ayer obtuvo tanto la estatuilla dorada en la categoría de mejor película como en la de mejor película internacional , marcando así un antes y un después en la historia de los premios de Hollywood. Hasta la fecha, tan solo 11 títulos de lengua extranjera habían aparecido por partida doble en las categorías de mejor filme y mejor filme internacional en la historia de los Oscar. De hecho, y hasta el momento, ninguna de estas cintas nominadas en galas anteriores había conseguido el ansiado doblete. Sin ir más lejos, Roma de Alfonso Cuarón -cinta con una situación muy similar a la de Parásitos– dejó al público el año pasado con la sensación de que, en realidad, la mejor película del año no había sido reconocida como se merecía. Además del mencionado hito alcanzado, Parásitos también obtuvo dos galardones más en la esperada ceremonia -mejor dirección y mejor guion original- poniendo de manifiesto, una vez más, el imparable proceso de penetración internacional que está experimentando Hollywood en los últimos años.
Pero en realidad, más alegrías que penas para el equipo español que ayer estuvo presente en el Doble Theatre de los Ángeles. A pesar de los tibios resultados obtenidos en la 92ª edición de los Oscar, Dolor y Gloria puede presumir de haber sido elegida como mejor película de 2019 por la prestigiosa revista «TIME». Y es que el último trabajo de Almodóvar nos propone un fascinante relato audiovisual en el que convergen tres elementos clave dentro de su filmografía como son la figura de la madre, el pueblo y el pasado. Grandes temas que funcionan a modo de esqueleto en una historia que nos muestra el “yo” más íntimo del director. Dividida en tres bloques de gran potencia narrativa, la cinta de ha conseguido reconciliar a todos los seguidores y detractores del cineasta machengo en un trabajo que supone la consagración definitiva de Antonio Banderas como actor (en un papel magistral en el que da vida a Salvador Mallo, el álter ego del propio Pedro Almodóvar).
Por otro lado, Klaus, la célebre cinta de tintes navideños que combina técnicas de animación 2D y 3D del madrileño Sergio Pablos (coproducida por Atresmedia Cine y Netflix) tampoco se alzó con el galardón a mejor película de animación. La producción española competía con las aclamadas ¿Dónde está mi cuerpo?, Cómo entrenar a tu dragón 3, Mr. Link (cinta que previamente consiguió alzarse con el Globo de Oro) y Toy Story 4 (a quien la academia decidió otorgar el premio en la noche de ayer).
En definitiva, podemos decir que esta última gala de los Oscar de 2020 que nos deja cierta sensación agridulce ante la ausencia de premios otorgados a nuestra rica y variada cinematografía. No obstante, casi que preferimos quedarnos con el tímido, pero satisfactorio sabor a gloria que nos deja otro hecho bastante significativo: ampliamos a 65 el número de nominaciones recibidas a nuestro talento español.