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Biden sobre el Estado de la Unión, o la desunión

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La puesta en escena de uno de los discursos más mediáticos del presidente de la primera potencia mundial se ha centrado más que nunca en la necesidad de estar unidos. No es solo la polarización política y social que está ahondando en el país desde hace más de dos décadas, es la notable división en el partido demócrata, y la falta de determinación entre los aliados sobre el conflicto de Ucrania.

Aunque se trata del primer discurso de Biden sobre el Estado de la Nación, esta intervención es una continuidad de su primera aparición en el Congreso tras la toma de posesión hace un año. Entonces sus palabras giraron en torno a la recuperación de la pandemia. El contexto ha cambiado. De los 200 asistentes de su primera intervención, nos hemos encontrado con la cámara llena y una imagen de recuperación de la pandemia con congresistas sin mascarillas y con saludos cercanos.

Ucrania y la historia que se repite

Lo que iba a ser un discurso basado en la recuperación económica y un mensaje positivo acerca de la pospandemia se ha visto sucumbido por las últimas circunstancias debido a la invasión rusa de Ucrania. Biden debía justificar a sus ciudadanos, y sobre todo a sus bases –porque no olvidemos que estamos en año electoral–, que Estados Unidos debe apoyar, de palabra y sin el envío de tropas norteamericanas, al pueblo ucraniano en su defensa de la libertad. Por eso, tampoco fueron casuales los distintos guiños a Ucrania en la cámara, desde los colores de su bandera hasta la presencia de la embajadora de Ucrania como invitada especial que centró gran parte de los aplausos.

Se trataba del discurso histórico de rigor en que el que no hay mejor unión que un enemigo común: Rusia. “Porque la libertad siempre superará la tiranía”, en palabras de Biden. Y si en esta línea se hacen alusiones a un “muro”, aunque sea metafóricamente y refiriéndose al coraje del pueblo ucraniano frente a Rusia; se refuerza también esa unión y, de paso, la OTAN que parece que vuelve a cobrar sentido para los que la consideraban obsoleta. Otro de los momentos más aplaudidos de la sesión fue el anuncio de las nuevas sanciones a Rusia por parte de EE. UU. Y hasta aquí la unión.

Siempre es la economía

La ya consensuada unión política frente a Rusia –pues en los meses previos de la invasión no contaba con apoyo suficiente tanto dentro como fuera de su partido y entre los estadounidenses– fue quizá el único momento de unión vivido en el congreso. Biden, como era de esperar, justificó las acciones emprendidas en política interna basada principalmente en la recuperación económica y los proyectos que quedan por desarrollar, aunque no se centró en la agenda social del “Build Back Better” –ni lo mencionó– quizá en una búsqueda de unión con los republicanos y también en clave electoral apelando a sus bases más de centro.

El discurso de la oposición, encargado a la congresista republicana por Iowa, Kim Reynolds, conocida por su defensa de la libertad frente a las medidas restrictivas impuestas por la pandemia, no se centró en la COVID-19, como algunos esperaban; sino en la subida de la inflación y el aumento del control del gobierno de Washington y sus medidas sociales que influyen directamente en la educación. Un discurso de campaña que se hará eco en los candidatos republicanos a las midterm.

Con la vista puesta en las midterm

Como conclusión, el primer discurso de Biden sobre el Estado de la Unión ha quedado marcado por la política exterior más que la doméstica en un momento en que la popularidad del presidente continúa cayendo y en este momento ronda el 41 %, según FiveThirtyEight. Esto no es solo un signo de la polarización del país, sino también del partido demócrata.

En un hecho totalmente inusual, ha habido otra respuesta al “Estado de la Unión” de Biden, realizado por parte de la congresista demócrata Rashida Tlaib en representación del grupo Working Families Party. De esta forma, el ala más a la izquierda del partido buscaba un protagonismo ante la previsión de que la agenda social no sería priorizada en el discurso. Ha sido, por tanto, a través de esta congresista que se ha visibilizado lo que queda por hacer del “Build Back Better”. Sin embargo, esta división no ayuda al partido en este año tan decisivo para los demócratas que ven peligrar el control de ambas cámaras.

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