Llegamos al día del debate con los número dos de las candidaturas demócrata y republicana. El 1 de octubre marca la contienda entre los candidatos a vicepresidentes de los Estados Unidos. Tras el debate del pasado mes de junio, donde Trump venció y logró que Biden incluso se retirara de la carrera presidencial, llegó el debate del pasado 10 de septiembre, donde Harris venció, según todas las encuestas, a un Donald Trump a la defensiva.
Los dos candidatos a vicepresidentes son dos perfiles opuestos. El representante republicano, el senador por Ohio, James David Vance (J. D. Vance), un candidato no complementario al de Trump, para el ticket presidencial. Un aspirante ultraconservador, de un estado republicano, poco competitivo y con escasas novedades para el tándem con Donald Trump. Por ello, las críticas a la selección del perfil de Vance han sido constantes desde su elección, junto con sus declaraciones públicas, que no ayudan en su popularidad. En cambio, del lado demócrata tenemos al gobernador de Minnesota, Tim Walz. Su caso resulta menos problemático porque es un nombramiento que complementa a la candidata demócrata Kamala Harris. Su elección, pese a no ser más joven que Harris, aporta centralidad y a un hombre blanco de un estado del centro del país.
El debate arranca en los estudios de la CBS en la ciudad de Nueva York. Las expectativas son más que considerables por los perfiles opuestos, pero también por ser la primera vez que los dos candidatos debatirían frente al electorado norteamericano. Ambos rivales llegan a los estudios de televisión con cierto tiempo de antelación, los sondeos de las últimas semanas muestran una foto final de campaña muy igualada. Hablamos de encuestas muy reñidas en los denominados swing states, donde un puñado de votos puede variar el color de dichos estados. Para Vance es fundamental remontar con una victoria clara en el debate, en cambio, para el gobernador Walz es imprescindible demostrar la solidez en su elección y no perder el impulso que los últimos sondeos otorgan a la candidatura de Harris. Los demócratas han transmitido, en estas horas previas al debate, la necesidad de rebajar las expectativas. Por un lado, tenemos un gobernador de Minnesota que no ha debatido, o mejor dicho, no tiene la experiencia que sí posee su oponente esta noche. Por otro, el senador Vance ostenta más tablas en este campo de acción, sus debates como legislador han sido más frecuentes.
El primer punto a tratar es la política exterior y el papel de Estados Unidos en la guerra en Oriente Medio. El reciente ataque de Irán a Israel demuestra los puntos débiles de ambas candidaturas. Para Vance, el mundo es más inseguro con una Harris como presidenta y con posiciones más favorables con los palestinos y de poco apoyo real a Israel. En cambio, el gobernador Walz desataca que Trump es un peligro para la seguridad mundial, remarcando la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán. Vemos, puntos en común en política exterior, pero una separación evidente en cómo abordar las recientes crisis que afectan a Israel y todo Oriente Medio.
Seguimos con el desarrollo del debate, en estos primeros compases se trata de una confrontación de “guante blanco” con pocas interrupciones entre ambos. Tenemos incluso un punto en común, el cambio climático, vuelco de la posición de los republicanos solo en forma. Ambos candidatos admiten la necesidad de tratar la importancia y la relevancia del clima y del calentamiento global. Ahora bien, para Walz es necesario seguir ampliando las energías renovables, en cambio, Vance defiende que las energías fósiles son irrenunciables. A continuación, aparece en el debate el “elefante encerrado en la habitación”, si la frontera sur. Ambos candidatos chocan en el cómo, no en el problema de inmigración y presión en el borde sur. Vemos a Vance relacionar la llegada de inmigrantes con delincuencia junto con las drogas, y de una administración Biden-Harris muy blanda en el control fronterizo. Para el gobernador Walz, el propio Trump se ha opuesto a un acuerdo bipartito para una ley de refuerzo de la frontera, todo ello por un interés electoral en este tema fundamental para los ciudadanos norteamericanos.
La economía y el aborto son los dos grandes temas del ecuador del debate. Para el senador Vance, la economía no ha funcionado con el mandato de la administración Biden-Harris, y pone especial atención en el problema de la inflación y la cesta de la compra de la clase media en el país. Para el gobernador Walz, la decidida apuesta de la presidencia Biden-Harris ha sido fundamental en la creación del empleo y el crecimiento económico. En este punto, sigue un debate bastante ordenado y de poca confrontación entre ambos. Ahora bien, las posiciones cambian con el tema del aborto. Vance ataca la ley del estado de Minnesota, poniendo en duda la interrupción del embarazo en el noveno mes. Por el contrario, para Walz la ley no se ha interpretado bien y lo fundamental es la capacidad que deben tener las mujeres para decidir sobre su cuerpo. Este asunto es más que trascendental, el voto femenino es prioritario en la victoria de demócratas o republicanos.
Finalizamos el debate con temas importantes para la audiencia en Estados Unidos. Se tratan cuestiones como el acceso a la vivienda, el control de armas o el respeto a la democracia. De manera más que sorpresiva, la tenencia de armas pone en sintonía a ambos candidatos, punto más que chocante para demócratas y republicanos. Ahora bien, los acontecimientos del 6 de enero del 2021 y la aceptación de los resultados electorales marcan el punto de choque entre la visión de ambos partidos del final de la presidencia de Trump.
En conclusión, hemos asistido a un debate moderado, sosegado y donde ambos candidatos se han mantenido en sus papeles esperados. Un gobernador Walz que no ha defraudado y un senador Vance que no ha entrado en polémicas. Diferencias insalvables en aborto, cambio climático, inmigración y respeto a la democracia, donde el relato y las posiciones son más que alejadas entre republicanos y demócratas. En las próximas semanas veremos la influencia de este debate en las encuestas, mientras tanto, quedan solo 35 días para las elecciones del 5 de noviembre.