La figura de la Primera Dama se ha convertido en un aspecto esencial para la imagen y gestión de muchos presidentes de todo el mundo. Desde hace unas décadas hemos visto como modelos pasan al plano de la política en unos meses (Carla Bruni), como otras siguen siendo iconos de estilo a pesar del tiempo (Jackie Kennedy) o como algunas terminan siendo políticas en activo tras su paso por la presidencia al lado de su marido (Hillary Clinton o Ana Botella).