Al contrario de lo que muchos piensan desde este lado del charco, la política norteamericana no es la historia de dos grandes partidos, sino de personajes que de forma individual deciden entrar en el mundo de la política para ponerse al servicio de su pueblo. A través de las listas abiertas, el candidato se presenta al completo, con todas sus facetas y no se sabe si importa más su historia personal o su trayectoria política.
Durante mi aventura en Raleigh, conocí a uno de esos personajes con una historia increíble al más puro estilo hollywoodiense. Respondía a todos los clichés del llamado “sueño americano” pero trasladado a la vida política. Ella es la representante Rosa Gill por el estado de Carolina del Norte, demócrata, afroamericana, profesora, madre, vecina, y sobre todo, ciudadana. Porque como decía antes, es de suma importancia conocer al candidato con todas sus caras. Profesora de Matemáticas en el colegio de su distrito, de carácter inconformista y tremendamente activa, se propuso cambiar el mundo para convertirlo en un lugar mucho mejor. Así comenzó su andadura, involucrándose en el grupo de “girl scouts” donde estaban sus hijas, y liderando campañas de voluntariado e iniciativas que la hicieron bastante popular. Tanto creció su popularidad que pronto sus vecinos la animaron para que se presentara como candidata a representante de su distrito, el 33 de Raleigh, en Carolina del Norte. Su campaña política nació en su escuela, en las reuniones de scouts y también los domingos en la iglesia –donde protagonizaba, y sigue protagonizando, mítines acerca de temas que conciernen directamente a su comunidad.
Desde 2009 lleva “al servicio”, luchando por los derechos de su comunidad, por una sanidad pública, por las mujeres, y por muchas otras causas en las que toma parte incansablemente. En este momento, para ella, la prioridad es conseguir un incremento de sueldo a los maestros, pues según cuenta, esa debe ser la mejor inversión del Estado. Palabras que me hicieron recordar a uno de los padres de la nación norteamericana, Benjamin Franklin, y su conocida frase: “the investment in knowledge always pays the best interest”. No sabemos si Gill rememora a este padre fundador en su causa, pero lo que es seguro es que tiene claro cómo debe dibujarse su país.
El próximo 4 de noviembre se enfrentará en las urnas al republicano Perry Whitlock. En las últimas elecciones de 2012, Gill obtuvo el 78.7% de los votos. Su presencia en los medios de comunicación favorece su alta popularidad y, según afirma la propia Gill, no le hace falta hacer campaña y pedir el voto. Y es que esta carismática ciudadana vende por si sola. Sin necesidad de encuestas, ¿cuál será el resultado? Creo que todos lo sabemos.