Los juicios pendientes de Trump

Front steps of the United States Supreme Court building

Donald Trump no tiene el don de la ubicuidad, pero en lo judicial se podría decir que casi. En una misma mañana puede responder ante un juez por alentar una insurrección y ser juzgado por fraude al otro lado del país. Está imputado en varias ciudades y tiene pendientes juicios civiles y penales, en la jurisdicción federal y la estatal… Es difícil llevar la cuenta, pero por lo menos lo vamos a intentar.

Trump se enfrenta a varios tipos de juicios: los que tienen que ver con su presidencia, los que le afectan como empresario y los que enfrenta como mero ciudadano. En la primera categoría Trump está imputado por intentar anular el resultado electoral y por negarse a devolver documentos secretos que se llevó de la Casa Blanca. Como empresario, se enfrenta a acusaciones de fraude, incluyendo la falsificación de documentos para ocultar pagos a una antigua amante. Como ciudadano, tiene un juicio por difamar a una mujer que lo acusó de violación.

Manipulación electoral

Los intentos de Trump para mantenerse ilegalmente en el poder tras perder las elecciones presidenciales de 2020 constituyen los delitos más graves a los que se enfrenta y que podrían suponerle varias décadas de cárcel. El fiscal especial federal Jack Smith le acusa de usar la mentira de que había perdido por un fraude electoral para presionar a diferentes autoridades para que anularan el resultado legítimo. Una presión que incluyó la incitación a los suyos para asaltar el Capitolio.

Este juicio empezará en Washington en marzo del año que viene, después de que la jueza rechazara la petición de Trump de retrasarlo hasta después de las elecciones presidenciales de 2024. El acusado confía en que, si vuelve a la Casa Blanca, pueda hacer que su fiscal general retire los cargos o incluso indultarse a sí mismo. Dos opciones que no estarían a su alcance en el otro gran juicio que tiene pendiente por las elecciones, en concreto por intentar manipular a las autoridades electorales (republicanas) del estado de Georgia.

Allí Trump se enfrenta a una posible condena de la que no podría indultarse, porque un presidente sólo puede perdonar delitos federales, y en un estado donde ni siquiera el gobernador republicano podría liberarlo si no cumple una parte sustancial de la pena. Le han procesado mediante la ley antimafia y varios de sus asesores ya se han declarado culpables. Otros esperan juicio en Atlanta en unas semanas, pero el expresidente aún no tiene fecha.

Robo de documentos secretos

Trump se llevó de la Casa Blanca multitud de documentos y, cuando los Archivos Nacionales se los reclamaron, dijo que no tenía nada. En agosto del año pasado el FBI registró su mansión en Florida con una orden judicial y comprobaron que eso no podía ser menos cierto: cajas y cajas de documentos, algunos de ellos secretos de estado sobre el arsenal nuclear de EE. UU., tirados en baños o salones de baile. Y lo que es peor, hay pruebas de que el expresidente se los ha ido enseñando a algunos de sus visitantes.

El escrito de acusación le imputa 40 delitos, incluyendo los relacionados con haber tratado de borrar las pruebas, como las grabaciones de las cámaras de seguridad de su club de golf. En teoría el juicio debería comenzar en mayo en Miami, pero el expresidente, que se ha declarado inocente, también está intentando que se aplace hasta después de las elecciones.

Los casos “empresariales” de Nueva York y la demanda de Jean Carroll

En su ciudad natal Trump tiene varios frentes judiciales abiertos. Ya está en marcha el juicio civil en el que la fiscalía del estado le reclama casi 240 millones de euros por haber inflado sistemáticamente el valor de sus empresas para engañar a los bancos y las compañías de seguros. El juez ya ha dictaminado que, en efecto, Trump lo hizo, pero el juicio debe celebrarse para ver si cometió otras irregularidades como falsificar documentos.

En otro juicio, pero en este caso penal, la fiscalía de Manhattan acusa a Trump de haber falseado documentos contables de su empresa para pagar un soborno a la actriz porno Stormy Daniels para que no revelara durante la campaña presidencial de 2016 que habían tenido una aventura extramatrimonial. Fue la primera imputación formal de Trump, que habría cometido 34 delitos penados cada uno con cuatro años de cárcel, pero el comienzo del juicio no está previsto hasta marzo del año que viene.

Por último, Trump tiene pendiente en enero un juicio civil (otro más) contra la periodista Jean Carroll, que lo acusó de violación en 2019. El expresidente ya fue condenado a pagar cinco millones a la escritora por difamación tras haber dicho que se lo había inventado para promocionar su libro, pero ahora se verán de nuevo las caras porque Trump ha repetido su acusación públicamente. Otra cita más en los juzgados para un candidato presidencial que de momento gasta más en abogados defensores que en anuncios de campaña.

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