Seis días para la votación. Después de meses de campaña, de debates, encuestas y guerra de vídeos, a Barack Obama y Mitt Romney sólo le quedan 6 días para convencer a los norteamericanos de quién es el mejor candidato para ocupar la Casa Blanca.
Una semana en la que los viajes y actos, sobre todo en estados indecisos, se han visto alterados del guión previsto por el huracán Sandy que ha afectado a la Costa Este del país. Ambas campañas han tenido que suspender actos en lugares clave, como Wisconsin, Ohio o Washington, y el Presidente ha tenido que regresar a su puesto durante dos días para gestionar el estado de alerta de algunas zonas.
Pero parece que desde esta mañana todo ha vuelto a la normalidad y los candidatos ya trabajan para sacar el máximo partido a sus últimas balas.
En lo referente a números, durante esta semana se prevé un gasto en publicidad en medios de comunicación de 127,5 millones de dólares en la denominada final week. Por su parte, las encuestas ya comienzan a publicar los primeros datos del voto por adelantado y el candidato republicano ha tomado la delantera frente al demócrata con un 52% – 48%, según ha anunciado Gallup.
En cuanto a las estrategias cada partido continúa con la suya teniendo en cuenta los cambios del último mes. El equipo de Obama sigue insistente en su lema de campaña Forward (Adelante) y va a por todos los estados para intentar ganar el mayor número de delegados al republicano. Por su parte, el equipo de Romney ha visto como en las últimas semanas su mapa electoral se ha expandido y estados que en sus pizarras estaban siempre pintados de azul pueden cambiar a rojo (como Minnesota y Pennsylvania) y quizá les merezca la pena invertir tiempo y recursos en estos lugares que les darían una victoria aplastante.
Porque el dinero ya ha dejado de ser un problema en los últimos días de campaña. Mientras los partidos tradicionalmente tenían que administrar y pensar bien sus inversiones para llegar a la última semana con fondos, este mes, en los primeros quince días, Romney recaudaba 112 millones de dólares y Obama 90, lo que les dejaba un amplio margen para invertir en estados que puedan salirles rentables el martes en las urnas.
Muchos creen que la suerte ya está echada y no hay nada más que hacer u ofrecer y otros siguen defendiendo que esta es una de las elecciones más reñidas de la historia y hasta que cierre el último colegio electoral nada está decidido. Pero con opiniones diferenciadas al margen, y si la meteorología lo permite, serán los ciudadanos quienes decidan quién gobierna la próxima legislatura en Estados Unidos.