Mientras los análisis del primer debate entre los candidatos a Presidente de Estados Unidos siguen ocupando las páginas de los medios de comunicación, mañana jueves tendrá lugar en el Center College de Danville (Kentucky) el primer y único debate entre los candidatos a Vicepresidente, Joe Biden y Paul Ryan.
Tradicionalmente los enfrentamientos entre los running mates no tienen gran trascendencia, pero tras la sorpresa del primer debate presidencial, con el que Romney ha conseguido reaparecer en la campaña y volver al empate, se prevé que Biden y Ryan saquen sus mejores armas.
Como ya hicieron la semana pasada Obama y Romney, los candidatos a vicepresidente llevan unos días preparándose para su debate con sus asesores. Biden, con los consejos de David Axelrod, lleva unos días en Delaware, donde ensaya y estudia noticias de los últimos meses, mientras que Ryan está en Washington, practicando para su primer debate a nivel nacional.
El debate, que será moderado por Martha Raddatz, corresponsal de asuntos exteriores de la cadena ABC News, durará 90 minutos. El formato pactado divide el tiempo en segmentos de 10 minutos en los que la moderadora realizará una pregunta de apertura que será respondida por los candidatos durante 2 minutos cada uno, utilizando lo que reste para debatir. Política nacional y exterior son los temas anunciados, aunque los medios confían en que la Sanidad y el Medicare acaparen la mayor parte de la discusión.
Sin embargo, las expectativas para el debate de mañana son más altas de lo habitual. Además de discutir sobre aspectos propios de la campaña, tanto Biden como Ryan han adquirido más responsabilidades de cara a mañana: Biden tiene la enorme carga de defender todo lo que el Presidente Obama no defendió en el primer debate, además de seguir demostrando que sus más de cuarenta años de experiencia en política son el complemento perfecto para que los demócratas vuelvan a ganar, y Ryan, tendrá que demostrar que las medidas presentadas por Romney serán eficaces, por muy impopulares que parezcan, y mostrarse como un joven con futuro de cara a la que parece que será su carrera presidencial para el año 2016.
Con más o menos tareas en sus guiones, mañana se espera un enfrentamiento duro y lleno de ataques, como están acostumbrados ambos políticos a realizar. Los medios de comunicación y analistas (y los ciudadanos), mirarán con lupa cualquier detalle y error, porque a menos de cuatro semanas para las elecciones las encuestas son cada vez más ajustadas y cualquier acción puede decidir quién será el próximo en ocupar la Casa Blanca.