En 1959, el físico y novelista británico C.P. Snow dio una charla en la que destacó la creciente separación del trabajo intelectual en dos acercamientos muy distintos —el humanístico y el científico— cuyo distanciamiento llevaría progresivamente al surgimiento de «dos culturas» separadas. Si bien sus argumentos estaban claramente anclados en la sociedad británica, Snow sugirió que esta brecha representaba un problema propio de las sociedades occidentales en general. Unos años más tarde, él mismo llegó a comprender que la situación no es, en realidad, simplemente dicotómica, por lo que anticipó el surgimiento de una “tercera cultura” como puente entre esos dos mundos intelectuales.
En tiempos más recientes, estudiosos como Rachel Holland han diagnosticado el surgimiento de acercamientos que reducen la brecha entre ciencia y humanidades, y la consecuente producción y difusión de objetos culturales de “tercera cultura”. En su reciente libro Contemporary Fiction and Science (2019), Holland argumenta que la creciente presencia de la ciencia en la ficción —y, por extensión, en la cultura popular— “is, in part, a response to the upsurge in interest […] in popular science” [es, en parte, una respuesta al aumento del interés (…) en la ciencia popular]. Por lo tanto, Holland identifica una nueva línea de ficción que implementa elementos de ciencia popular. Por ejemplo, considera caber en este acercamiento actividades como “researching and relaying information gleaned from scientific publications; challenging or promoting ideas presented by science writers; exploring the moral and ethical implications of these ideas; and testing the limits and capabilities of the novel in relation to scientific discourse” [investigación y transmisión de información obtenida de publicaciones científicas; desafiar o promover ideas presentadas por escritores de ciencia; explorar las implicaciones morales y éticas de estas ideas; y poner a prueba los límites y capacidades de la novela en relación con el discurso científico]. Como sugieren algunos de los elementos de esta lista, la ciencia es una herramienta de poder; la ciencia pretende ser objetiva y, por lo tanto, a menudo sirve como proveedor de una supuesta verdad objetiva. Como tal, se ha utilizado e instrumentalizado en diversas maneras en el curso de la historia: entre otras, la curiosidad científica impulsó —y la tecnología hizo posible— la exploración y colonización de tierras extranjeras, apoyada por argumentos “científicos” sobre la inferioridad de los pueblos colonizados. Asimismo, la historia está repleta de ejemplos en que la experimentación sobre seres humanos se desarrolló en nombre del progreso científico.
El estudio de Holland también indica que la ciencia y la tecnología han tomado un lugar integral en la sociedad global, y la pandemia en curso ha puesto este proceso en el centro de atención. Debido a la proliferación de la ciencia y la tecnología en la televisión, en películas, videojuegos y otros medios populares —como por ejemplo el uso de YouTube y otras plataformas similares por parte de expertos en el campo de STEM— es importante examinar la interrelación dinámica y compleja entre la ciencia y la tecnología y la cultura popular.
Inspirados por estas ideas, desde PopMeC (Association for US Popular Culture Studies) en colaboración con el Instituto Franklin-UAH, hemos organizado un congreso dedicado precisamente a la relación y la recíproca influencia entre cultura popular y STEM, centrándonos en el contexto estadounidense. Las presentaciones y conferencias plenarias examinarán cuestiones de discriminación interseccional en las representaciones STEM en la cultura popular, a través de análisis que abarcan desde productos culturales destinados a la divulgación hasta textos como películas, series de televisión, cómics y viñetas, y ficción de género. Asimismo, se analizará la aplicación de textos populares en la enseñanza relacionada con materias científicas y la utilidad pedagógica de la cultura popular.
El programa completo de las sesiones virtuales se puede encontrar en la web oficial del congreso. Además de este programa, el Instituto Franklin-UAH organiza un día presencial de actividades relacionadas con el tema.
Escrito por Anna Marta Marini, grado y posgrado en Mediación Lingüística y Cultural por la Università degli Studi di Milano, (especialización en culturas anglo- e hispano-americanas, así como en estudios mexicanos), posgrado de nivel avanzado en Public History por la Università de Modena e Reggio Emilia. Su proyecto de FPI, en el Instituto Franklin-UAH, y tesis (realizado en codirección con el CISAN-UNAM) enfoca la representación mutua de la otredad transfronteriza en el cine mexicano y estadounidense. Sus principales áreas de investigación son la representación discursiva y cultural de las borderlands estadounidenses y de las comunidades mexicoamericanas; el análisis crítico del discurso relacionado con la violencia estructural/cultural/directa; la re/construcción y narración de la otredad a través de cine y cómics en los géneros horror, gótico y (weird)wéstern.